¿Matrícula para ejercer la antropología? ¿Ley de Ejercicio Profesional? Las asociaciones y las carreras de antropología debatimos sobre el ejercicio profesional

Por Silvia Hirsch y Paula Lanusse
Colegio de Graduados en Antropología de la República Argentina (CGA)

Las y los antropólogos somos cada vez más, en las once carreras de grado en antropología que existen actualmente en el país cada año egresan nuevos colegas con una larga y sólida formación. Aunque la antropología suele estar identificada con la investigación académica, ni los sistemas científicos tienen capacidad para recibir a todos los egresados, ni son estos los únicos ámbitos donde podemos desempeñar nuestra profesión. ¿Dónde y de qué trabajamos? ¿En qué otros espacios laborales podemos insertarnos? Desde hace décadas se viene incrementado la presencia de colegas en una diversidad de espacios profesionales que van desde las universidades, las escuelas secundarias e institutos de educación superior, hasta la administración pública, las organizaciones no gubernamentales y el ámbito privado. Sin duda, la antropología tiene mucho para ofrecer en todos estos espacios.

Frecuentemente, y hace ya muchos años, estudiantes y graduades acercan a las carreras de antropología y al CGA la preocupación por su inserción profesional y laboral. Una de las formas en las que esto se manifiesta es a través de la demanda de matriculación, ya que las matrículas son requeridas para ejercer la profesión en varios ámbitos laborales. ¿Si egresados de sociología, trabajo social, psicología cuentan con matrícula, por qué nosotros no? Esta pregunta y la de las posibilidades de inserción profesional y laboral nos interpelan cada vez más fuertemente.

En junio de 2021, en el marco del XII Congreso Argentino de Antropología Social se llevó a cabo un panel que organizamos desde el CGA, el cual tuvo por título “Debatir la matrícula en antropología“. El panel contó con la participación de directoras y directores de todas las carreras de grado en antropología del país, la Sociedad Argentina de Antropología, la Asociación de Antropología de Rosario y el Colegio de Graduados en Antropología de Jujuy. Allí iniciamos lo que seguramente constituirá un arduo debate y trabajo para elaborar propuestas y herramientas que permitan ampliar los horizontes para el ejercicio profesional de la antropología.

¿Cuáles son los pasos para poder emitir matrículas? En la Argentina no existe una matrícula de validez nacional para ninguna carrera. Las matrículas las deben emitir colegios profesionales provinciales, que validan el ejercicio profesional únicamente en sus jurisdicciones. Para crear un colegio profesional, a su vez, es necesario que en la provincia correspondiente exista una Ley de Ejercicio Profesional de la carrera en cuestión. Otro punto importante es que, de acuerdo a las regulaciones vigentes, solo es posible otorgar matrícula a quienes poseen títulos de grado en antropología. La matriculación no contempla a quienes tienen un posgrado en la disciplina, pero un título de grado en otra.

En la actualidad, solo existen colegios profesionales –esto es, con autoridad para emitir matrículas– en las provincias de Jujuy, Catamarca y Tucumán. En Jujuy el colegio es para graduades en todas las ramas de la antropología, en Catamarca y Tucumán solo para la arqueología. Aunque su nombre confunda, el CGA, más allá de ser una entidad de escala nacional, no es legalmente un colegio profesional, sino una asociación civil. Tampoco están en condiciones de emitir matrículas otras asociaciones de antropología como la de Rosario, la Sociedad Argentina de Antropología, la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina o la Asociación de Antropología Biológica Argentina.

Como vemos, entonces, contar con matrículas no es tan sencillo. Entre otras cosas, porque hay varios pasos previos para dar.

Suponiendo que la matriculación es el camino que nos interesa recorrer, ¿por dónde empezar? Desde el CGA llevamos al panel la propuesta de impulsar conjuntamente una Ley de Ejercicio Profesional nacional. Creemos que empezar por ahí puede tener al menos dos ventajas importantes. Por un lado, compartir criterios mínimos vinculados con el ejercicio de la profesión a nivel nacional. Por otro lado, contar con una ley nacional podría colaborar en acelerar los procesos políticos y burocráticos en las jurisdicciones donde se decida crear colegios para poder emitir matrículas.

Las leyes de ejercicio profesional son normas que buscan orientar la práctica profesional definiendo incumbencias, perfiles y estipulando derechos y obligaciones de los profesionales. Jujuy cuenta ya con una ley de estas características, Catamarca y Tucumán también –en relación a la arqueología–, el CGA elaboró una propuesta de ley en el año 1991 y en la Provincia de Buenos Aires se avanzó mucho con otra propuesta en el año 2014. Contamos, a su vez, con incumbencias ya aprobadas por el Ministerio de Educación nacional. Considerando estos antecedentes, hay aprendizajes que pueden allanar bastante el camino que tenemos por delante. Este tiene básicamente dos etapas: generar acuerdos entre colegas de las distintas ramas de la antropología y de las diferentes carreras del país en relación al diseño y los contenidos de la ley, y lograr que el Congreso Nacional la sancione.

Aunque no es fácil la tarea que tenemos por delante, creemos que contar con una Ley de Ejercicio Profesional nacional puede generar un marco de visibilidad y formalidad beneficioso, sobre todo, para quienes no están insertos en carreras académicas. La propia ley ya nos colocaría en condiciones profesionales más parecidas a otras carreras afines.

Nuestra experiencia de ya casi cuatro años de trabajo en el CGA también nos indica que no es sencillo generar compromisos entre colegas para sostener instituciones colectivas como una asociación o colegio profesional. Esto supone brindar tiempo, trabajo y realizar unas cuantas tareas que no siempre son de lo más estimulante. Pero la experiencia de igual modo enseña que aunar fuerzas en tiempos de transformaciones e incertidumbres es también renovarlas y hacerlas crecer hacia los lados más interesantes de esta rica disciplina en la que nos formamos. A futuro habrá que evaluar los costos y beneficios de formar nuevos colegios, quiénes y cómo los sostendrán, etc. Por lo pronto, nos sigue animando el objetivo de jerarquizar la práctica profesional, en la observancia de marcos éticos, que se trazaron las antropólogas y antropólogos que fundaron el CGA en 1972. Pensar y construir antropología más allá de ámbitos académicos fue uno de los ejes de trabajo que nos propusimos desde el Consejo Directivo del CGA, y esto se plasmó en una serie de actividades (jornadas, encuentros, coloquios) en torno al ejercicio de la antropología en ámbitos diversos. A la par de continuar esta tarea, consideramos que sería fructífero avanzar hacia un Ley de Ejercicio Profesional que contribuya a abrir espacios de inserción laboral y ofrezca un marco legal para amparar el desempeño profesional de colegas que ahora mismo se encuentran trabajando en ámbitos distintos al académico, y, por supuesto, también en este último.

Tenemos un trabajo colectivo por hacer. Así que aprovechamos también la oportunidad para acercar la invitación a contactarse con el CGA, con las asociaciones de antropología y con las carreras para hacer este esfuerzo conjunto, dándonos pronto los debates que hagan falta para potenciar viejos y nuevos caminos de ejercicio de la antropología en la Argentina.


Silvia Hirsch es Doctora y Magíster en Antropología por la Universidad de California, Los Angeles. Es Presidenta del Colegio de Graduados en Antropología de la República Argentina.
Se desempeña como Profesora e Investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín y como Co-coordinadora del Centro de Estudios en Antropología de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales. A su vez, es Directora de la Revista Etnografías Contemporáneas.

Paula Lanusse es Licenciada y Profesora en Ciencias Antropológicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos, y doctoranda en la misma institución. Es Pro-Secretaria del Colegio de Graduados en Ciencias Antropológicas.
Se desempeña como docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, en New York University-Buenos Aires y como docente visitante en la Universidad de Tres de Febrero. Es investigadora del equipo Antropología, Ciudad y Naturaleza del Área de Estudios Urbanos del Instituto de Investigaciones Gino Germani (Facultad de Ciencias Sociales, UBA).

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